- Uñas
Es importante saber cuándo un cambio en las uñas nos está indicando que es hora de visitar al médico.
Si el color, la forma o textura de tus uñas no es la correcta, es decir no es uniforme ni lisa, existe la posibilidad de que nos estén avisando de un problema en el organismo. Puede ser falta de zinc, falta de hierro, anemia… pero hay muchos cambios que pueden producirse en las uñas y no todos señalan la presencia de algún problema grave de salud. Te lo explicamos.
Las uñas se encargan de proteger los tejidos de los dedos. Están formadas por capas de una proteína llamada queratina, también presente en otras partes del cuerpo (el pelo, la piel…).
Una uña sana, tanto de la mano como del pie, tiene un color uniforme y liso. A veces, la humedad excesiva o la exposición prolongada a productos químicos (esmaltes, productos de limpieza…) pueden explicar unas uñas débiles y quebradizas.
Leer más: Tendencia en manicura para llevar el verano en tus manos
Pero es importante saber cuándo un cambio en las uñas nos está indicando que es hora de visitar al médico. De acuerdo con Carmen Desmonts Salazar, farmacéutica de DosFarma, las uñas dicen mucho de nuestra salud y en muchas ocasiones, “incrementar la ingesta de vitaminas y minerales soluciona el problema. También ayuda mantener las manos bien hidratadas y protegidas de productos químicos y de la humedad excesiva”.
“En cambio, en otras situaciones, nos están avisando de que algo falla en el organismo. Alteraciones sutiles, como la aparición de hoyos o estrías, pueden darnos mucha ventaja en el diagnóstico precoz de alguna dolencia grave”.
Aspecto de las uñas: las diez alteraciones más frecuentes
1. Manchas blancas
La leuconiquia, o aparición de manchas blancas, puede deberse a múltiples factores. Cuando son pequeñas, suelen ser totalmente inocuas y es posible que hayan aparecido por un traumatismo o por la falta de algún nutriente, como el zinc.
Un pequeño golpe puede producir una mancha blanca. Por lo general, se cura sola y desaparece cuando la uña ha vuelto a crecer completa, lo cual tarda entre seis u ocho meses, o hasta doce en el caso de los pies.
También pueden deberse a la psoriasis, una enfermedad crónica que afecta a la piel y produce descamaciones y enrojecimiento. Cerca de la mitad de las personas que sufre esta enfermedad tiene también psoriasis ungueal, es decir, en las uñas.
2. Uñas curvadas, con forma de cuchara
La coiloniquia, o uñas en cuchara, ocurre cuando los bordes se curvan hacia arriba, hasta el punto de que queda el centro más hundido, semejante a la forma de una cuchara.
Esta alteración se debe a varios factores, como el déficit de hierro o la anemia. A su vez, puede ser un síntoma de algunas enfermedades renales, hepáticas o relacionadas con la tiroides. Un ejemplo es la hemocromatosis, una dolencia por la que el cuerpo absorbe demasiado hierro de los alimentos.
3. Líneas de Beau
Son surcos o hendiduras que cruzan la uña de lado a lado. Se producen porque, por algún motivo, se ha interrumpido el crecimiento de la uña (por ejemplo, un golpe fuerte en el dedo). Pueden aparecer en los casos de diabetes, especialmente cuando la enfermedad no está bien controlada.
4. Uñas de Terry
Esta alteración supone que la uña se vuelve de un color blanco opaco, salvo por una pequeña línea rosada o marrón en la punta. Aparecen en casos de diabetes mal controladas o por enfermedades del hígado o los riñones.
5. Uñas amarillas
Se deben a múltiples motivos, como el uso excesivo de cosméticos o esmaltes, aunque también pueden esconder algún problema de salud. Por ejemplo, las infecciones de hongos producen cambios en el color, la textura y la forma. Del mismo modo, las enfermedades pulmonares también pueden tener este síntoma.
6. Acropaquía
Ocurre cuando las puntas de los dedos se ensanchan y las uñas se curvan alrededor, haciendo una forma semicircular. Son un símbolo de enfermedades del hígado o los riñones, aunque también aparecen en personas con sida.
7. Uñas punteadas
Aparecen surcos, similares a pequeñas marcas de un punzón. Son frecuentes en las personas con psoriasis, a quienes les aparecen pequeños hoyos o, incluso, se les separa parte de la uña del dedo.
8. Hemorragias lineales subungueales
Son pequeñas hemorragias en forma de líneas rojas y delgadas que se extienden en la dirección en la que crece la uña. Las causan algunas infecciones relacionadas con el corazón, como la endocarditis o la vasculitis.
9. Dedos hipocráticos
Se trata de una alteración que, entre otras cosas, hace que la uña se curve hacia abajo. Se relaciona con dolencias que afectan a la cantidad de oxígeno en la sangre; por ejemplo, el cáncer de pulmón.
10. Uñas quebradizas
Se trata de uno de los problemas más frecuentes en las uñas y hay múltiples motivos por los que se vuelven débiles y se rompen con facilidad. En muchos casos, se debe a factores externos fáciles de solucionar o evitar.
Leer más: Rejuvenece tus manos con estos colores de uñas
Una de las posibles causas es el envejecimiento, aunque también puede ocurrir por falta de nutrientes, como el zinc o el hierro. Asimismo, la vitamina C acelera la producción de colágeno, una sustancia encargada de que las uñas crezcan rápidamente y con más fuerza.
También la vitamina D es necesaria para que tengan brillo y fuerza. Una falta de ambas vitaminas explicaría unas uñas débiles, quebradizas y sin brillo.
Igualmente, la exposición prolongada al esmalte puede hacer que las uñas se vuelvan frágiles y se descascarillen. En general, el abuso de los esmaltes puede volverlas ásperas y sin brillo e incluso teñirlas de algún color, si el pigmento penetra.
También es posible que se deban a un exceso de humedad o por el uso de productos de limpieza sin guantes. Otra posibilidad es que se vuelvan quebradizas por una alteración de la glándula tiroides.
Como comentábamos anteriormente, las uñas quebradizas son uno de los problemas más frecuentes y que, por suerte, se arregla con cierta facilidad.