Descubre si tienes bajo deseo sexual y cómo mejorarlo

Lun, 02/03/2020 - 16:50
El trastorno del interés/excitación sexual femenino incluye aspectos psicológicos, hormonales, ambientales, de relación, entre otros.

El trastorno del interés/excitación sexual femenino, de acuerdo a la última versión del DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, en español) se caracteriza por la disminución o ausencia, tanto de fantasías como del deseo de la actividad sexual de forma recurrente, provocando en la persona dificultades en su relación de pareja.

Anteriormente denominado deseo sexual hipoactivo, se trata de un trastorno multifactorial que incluye aspectos psicológicos, hormonales, ambientales, de relación, entre otros. Vale recordar que la excitación y el deseo sexual normal de la mujer requiere una concentración normal de serotonina, porque una concentración elevada inhibe el deseo sexual femenino.

Síntomas 

Entre los criterios que se pueden presentar tenemos (por lo menos tres):

  • Ausencia/reducción del interés ausente/reducido en la actividad sexual.

  • Ausencia/reducción de pensamientos o fantasías sexuales/eróticas.

  • Ausencia/reducción de la iniciación de la actividad sexual, y generalmente no es receptivo a los intentos de iniciación de la pareja.

  • Ausencia/reducción de la excitación/placer sexual durante la actividad sexual en casi todos o todos (aproximadamente 75% -100%) encuentros sexuales (en contextos situacionales identificados o, si se generaliza, en todos los contextos).

  • Ausencia/reducción del interés/excitación sexual en respuesta a cualquier señal sexual/erótica interna o externa (por ejemplo, escrita, verbal, visual).

  • Ausencia/reducción de las sensaciones genitales o no genitales durante la actividad sexual en casi todos o todos (aproximadamente 75% -100%) encuentros sexuales (en contextos situacionales identificados o, si se generaliza, en todos los contextos).

En algunas personas se presenta desde muy temprana edad debido a sus primeras experiencias sexuales. En otras se presenta en edad adulta como consecuencia de otros factores sexuales o no sexuales como el tipo de vínculo de pareja, el compromiso en su relación, las necesidades de validación, factores socioculturales, etc.

Es importante aminorar los sentimientos de rabia, ira y resentimiento, pues está comprobado que a las mujeres les afecta mucho más la rabia en el plano sexual que al hombre; en cambio, al hombre le afecta más la ansiedad que a la mujer.

Hay que esforzarse, por lo tanto, en sanar viejas heridas lo cual será de gran ayuda a nivel personal y de pareja. En el caso de los resentimientos, estos nos bajan el deseo y, en algunas ocasiones, nos empujan a asumir actitudes de saboteo sexual como falta de higiene, exceso de peso, evitar hacer lo que le gusta al compañero, entre otras.

Al ser un trastorno principalmente psicológico encontramos entre las causas la baja autoestima, depresiones y diferentes estilos cognitivos como baja asertividad, temores, pensamientos irracionales, falta de fantasías sexuales, etc.

El autoconcepto también juega un papel importante; es decir, percibirse a sí mismo como sexual, deseoso y deseable, capaz de dar y recibir placer. En algunas personas, por ejemplo, afecta bastante su deseo sexual cuando suben o bajan de peso o a medida que van envejeciendo porque temen el rechazo de su pareja o piensan que ya no las ven sexy.

Cuando se trate de cambios de peso, entonces es necesario trabajar la autoimagen, ya que siempre podremos mejorar nuestro aspecto físico hasta sentirnos más a gusto con nosotros mismos; pero hacia la vejez solo queda recordar que cada etapa tiene su belleza y hay que aceptarla.

Aunque el principal interesado para superar el bajo deseo sexual debes ser la persona, la pareja siempre será de gran ayuda. Por lo tanto, es recomendable que la comunicación constante, ya que cuando el trastorno se debe a experiencias difíciles en infancia y adolescencia muchas actitudes del cónyugue pueden recordar esas experiencias causando temores y ansiedades que aumentarán la inapetencia por el sexo.

Finalmente, nunca está de más introducir en los encuentros sexuales nuevas experiencias, el cambio siempre renueva los deseos y las experiencias novedosas son un gran estímulo para la mente y el cuerpo, y por ende para la pasión… ¡No pierdan la picardía!

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