Conoce a las emprendedoras y guardianas del folclor panameño

Dom, 12/09/2018 - 08:17
El Núcleo de Artesanas de Ciudad del Saber demuestra que la tradición y el emprendimiento pueden ser una combinación de éxito.
Laura Marín
@rojotirandoanegro
Fotos: Josué Arosemena
 
“Detrás de cada pieza de artesanía hay una historia personal, familiar y colectiva”. Y esto lo demuestra el grupo de 28 empresarias que forman parte del Núcleo de Artesanas del Centro de Innovación de la Ciudad del Saber. Emprendedoras que un día se decidieron a abandonar su zona de confort para luchar por un sueño: tener su propio negocio.
 
“Nadie dijo que emprender fuera algo fácil, pero no es imposible”, dicen en un mensaje común que luego se va matizando según el recorrido de cada una. “Pero vale mucho la pena”, vuelven a coincidir, como también concuerdan en lo importante que es “rodearse de gente que está emprendiendo como tú,  gente que te puede ayudar y ofrecer herramientas para convertir tu pasión en un negocio”.
 
Y es aquí donde toma protagonismo el Canal de Empresarias, un proyecto auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo. “A raíz que terminó ese proyecto, a ellas se les dio un maletín de herramientas para que vieran cómo estas dotes que tenían, esas herencias de familia, se podían convertir en una estructura más apegada a una empresa y que ellas mismas se reconocieran como microempresarias”, explica Jennie Britton, consejera del Núcleo de Artesanas del Centro de Innovación de Ciudad del Saber.
 
Además del Canal de Empresarias, Ciudad del Saber se presentó a la licitación del proyecto de la Unión Europea ‘al-invest 5.0’, y creó los Núcleos Sectoriales, del que sale este de artesanas. “Esto las lleva a unirse más y conseguir que ahora ya no las vean como artesanas individuales, sino como un grupo de mujeres que trabajan organizadas, negocian juntas y se apoyan para sacar adelante todos sus negocios”, agrega Britton.
 
De entre los 28 proyectos vinculados al Núcleo de Artesanas, en este mes de la Patria tuvimos la oportunidad de conocer a varias emprendedoras que buscan con su artesanía representar la diversidad cultural, la tradición y el folclor panameños a través de una gran variedad  de aplicaciones: joyería, complementos, moda, juguetes, decoración y utensilios para el hogar, entre otros.
 

Vernette Colucci

Emprendimientos como Colucci by Vernette, que a través de la orfebrería rinden un homenaje a la pollera y a las raíces santeñas heredadas de la abuela. “Vamos extrayendo diversas inspiraciones, pero las transformamos y hacemos nuestros propios diseños: mariposas, libélulas, aves, flores de jardín… ”, explica Vernette Colucci, quien asegura que no ha sido un camino fácil. 
 
“Empecé hace más de siete años atrás, porque la verdad tenía la cosquillita de hacer algo, algo adicional, incursionar en el tema de la joyería, del folclor”, explica. Al principio combinaban trabajo en empresa con su emprendimiento y lanzaban solo una colección al año, “pero quisimos darle más fuerza y entramos en la Ciudad del Saber para mejorar y aprender a llevar nuestro negocio a algo más grande”, añade.
 
“En este tiempo hemos cometido muchos errores y eso ha hecho que quizás las finanzas en estos momentos no se encuentren óptimas. Ser emprendedor en Panamá es un tema de día a día, es no dejarse”, asegura Vernette. “Hay momentos que uno se siente triste, hay momentos que lloras, hay momentos que dudas mucho… pero es un tema de no dejarse, de buscar apoyos que te ayuden a sacar tu proyecto adelante”, concluye. 
 

Amaria Taboada

“Yo quería dar a conocer tanto el arte en el folclor como el folclor en el arte”, explica Amaria Taboada, quien combina su estilo abstracto con el dibujo de la pollera, los diablos y otros elementos del folclor panameño. “Aunque empecé pintando polleras por un encargo de una amiga, creo que es un trabajo interesante para transmitir nuestro arte, nuestra tradición, a las futuras generaciones y que no lo dejen perder”, remarca Amaria. 
 
“Yo soy arquitecta de profesión y mi padre era publicista. A mí me gustaba lo que era el dibujo, lo que era la pintura desde chiquita y hace 8 años, cuando me operaron del corazón y el doctor me dijo ‘cálmese’, recuperé ese don que tenía ahí escondidito esperando a que lo necesitara”, recuerda Amaria. Y así empezó a pintar. 
Asegura que, por suerte, en Panamá están cambiando mucho las cosas y ahora “el emprendimiento aquí en Panamá tiene apoyo, tiene futuro y hay buenos emprendimientos”. “Hace 20 años hubiera tenido que vender por teléfono o hacer fiestas en mi casa”, ríe. 
 

Ivonne Pinzón

Ivonne Pinzón se dedica a la confección de joyería artesanal pero, en la búsqueda por innovar y ofrecer a sus clientes una más amplia variedad de productos, “decidimos implementar en nuestras colecciones elementos relacionados con nuestro traje típico”. 
 
“La idea de emprender surge porque siempre me habían gustado las manualidades, pienso que es un don y lo agradezco profundamente. También un poco por la crisis del país, que me empujó un poco a hacer lo que sé hacer muy bien y realizar este sueño y convertirlo en un emprendimiento”, recuerda Ivonne.
 
Además, esto le ha servido para hacer crecer el equipo e incorporar a su madre, de 80 años, quien “descubrió que tenía un talento oculto que jamás pensó que tenía”, explica Pinzón, quien asegura que ahora hace cada uno de los pétalos de las flores de la colección que en su honor se bautizó como “El jardín de mi madre”.
 

Migdalia Woo Mojica

 
Para Migdalia Woo Mojica el emprendimiento surgió de una necesidad de ser libre. “Y en esa búsqueda de libertad encontré la arcilla. Una forma de expresarme, de crear, de crear hasta un estilo de vida mío”, explica. Con eso empezó Mojica Diseño Artesanal, con figuras de diseño propio que representan la variedad cultural de Panamá. 
 
“Yo estoy viejita en esto del emprendimiento, llevo 17 años, y por entonces la gente me veía como un bicho raro”, asegura Woo Mojica, que cree que ahora “es un poco más fácil y se encuentran muchos grupos en los que apoyarte, como este Núcleo de Artesanas”. 
 
“Aunque a veces siendo mujer se puede hacer más difícil, porque tenemos una vida compleja entre la administración del hogar, que siempre la tenemos, , y el hecho de tener que estar cargando mercancía, llevándola y exponiéndote a un lugar abierto, creo que emprender es un reto que nos permite crecer y hay que intentarlo”, concluye Migdalia.
 

Rosa Montenegro

“El emprendimiento de Rosas Creativas consiste en un relevo generacional. Mi madre, desde hace más de 40 años, crea muñecas de tela y nosotros queremos rescatar eso porque sabemos que hacen felices, no solo a niñas, sino también a adultos que recuerdan su infancia”, explica Rosa Montenegro. 
 
“En abril de 2017 cuando empezamos con las capacitaciones aquí en Ciudad del Saber sobre emprendimiento, yo en realidad entré con la idea de darle forma a un emprendimiento que teníamos en Chicá, que es un tipo hostal familiar”, recuerda Rosa. Pero en un bazar, al llevar las muñecas que su madre estaba haciendo, se dio cuenta de su potencial: “Ha sido todo un año de un proceso, porque ha sido como volver a una infancia las dos, ella enseñándome y yo rescatando cómo las ayudaba en mi infancia”.
 
“Emprender no es fácil, y ser mujer a veces pone un extra de dificultad porque venimos con una mochila emocional: cómo hago, por dónde empiezo, que los hijos, que el esposo, que las mamás, que hay que cuidar… son muchas cosas, entonces, sí, es difícil, pero no importa, porque no es imposible”, insiste Montenegro. 
 

Rubiela Barnet

En el caso de Rubiela Barnet, la cultura kuna fue su fuente de inspiración. “Soy heredera de toda esa belleza cultural y espiritual de Kuna Yala y queremos transmitirlo al resto de Panamá y al mundo”, cuenta Barnet, que lo hace a través de tres emprendimientos diferentes vinculados a la artesanía –Olua-, al turismo –Ogobs- y a las capacitaciones para potenciar el destino. 
 
“Panamá es un país multicultural, tiene una variedad de culturas increíble que yo si pienso que hay que fortalecerlos mucho. Panamá tiene mucho para exportar, tiene mucho que ofrecer. No solo es un canal, no solo es ciertas figuras, Panamá es mucho más. Entonces, sí hay que promocionarlo más, yo si siento que hace falta un plan más fuerte en esa línea”, asegura Rubiela.
 
Y eso se puede aplicar también a los negocios y los emprendimientos. “Yo siento que hoy en día se puede emprender más fácilmente. La mayoría de bloqueos nos los ponemos nosotros mismos. Hay que confiar, porque sí que es cierto que a veces parece que como mujer y además indígena, fuera a tener muchas complicaciones, pero también he tenido muchas oportunidades”, asegura Barnet, quien insiste que “hay que creer en una misma, empoderarse y salir adelante. Todo se puede lograr”. 
 
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