- Para Padres
¿Llegó el hermanito y no sabes cómo manejar la situación? Tranquila, te damos consejos para llevar la fiesta en armonía.
“¡Mamá mi hermano no quiere prestarme los juguetes!”, ¿A cuántas madres no les parece familiar esta frase? Pareciera que la palabra favorita de los pequeños es “no”. Lo cierto es que se necesita enseñarles a convivir con sus hermanos sin problemas. La psicóloga panameña de niños Ana Gabriela de la Guardia nos explica que las discusiones y competencias es normal entre hermanos, “es dentro de la familia y con los hermanos que se va aprendiendo a socializar y relacionarse con otros”, explicó, y añadió que son las diferencias las que le permiten a los niños aprender a discutir y negociar.
¿Hasta qué punto son normales las peleas?
En este caso, existe una delgada línea entre lo normal y cuando no lo es. Se conoce hoy día — y los expertos hacen referencia— al “bullying” entre hermanos, a lo que la experta, De La Guardia, menciona que se puede considerar “bullying” al comportamiento que se torna en una agresión constante e intencional, causando daños físicos y emocionales en el otro. “Cuando empiezas a ver un patrón en que uno de los hermanos es constantemente el agresor y el otro es la víctima y se siente constantemente humillado y sin poder defenderse”, entonces podemos decir que no es una conducta normal, lo dejó claro la experta.
No al favoritismo
Una de las principales causantes de las fricciones entre hermanos radica en los celos por la llegada de un nuevo miembro y la preferencia de parte de los padres o familiares hacia uno de los hijos. En este caso, la psicóloga recomienda construir una relación sana y para esto la clave sería que “mientras mayor comunicación, afecto y aceptación haya en un hogar, es menos probable que haya agresión y violencia entre ellos”, dijo.
Tratando las personalidades
Es normal que uno de los pequeños sea más despierto, aquel que no siente pena de nada; mientras que otro será introvertido, pensará más sus acciones. Cada niño viene con su personalidad, por ejemplo: algunos necesitan más afecto físico, otros más reforzamiento verbal o más espacio para jugar solos. Mientras que otros, por motivos de salud o de cuidados especiales, deben tener una atención más constante por parte de la familia.
En este caso, la psicóloga comentó que es necesario que los padres aprendan —primeramente— a reconocer las necesidades de cada uno (físicas y emocionales). Y para lograrlo, la mejor manera es: “pasando tiempo con sus hijos y dedicándoles tiempo para observarlos y realmente conocerlos, buscando construir una relación”, añadió.
Otros consejos para manejar las personalidades es poder aprender a diferenciar y valorar a cada niño de forma individual. Al enseñarles a través de su conducta, modelando y no comparándolos unos con otros, lo cual es uno de los errores más comunes entre los progenitores. Nunca se les debe decir frases como “si fueras como tu hermano(a)” , o “Mira como él o ella lo hizo”, etc. Este tipo de manifestaciones ocasionan que se piense que uno es mejor que el otro, alimentando los celos y la envidia, la competitividad y las inseguridades, “el niño empieza a sentir que no es suficientemente bueno y buscará maneras de compensar y buscar nuevamente la atención de los padres, lo que puede hacer de una forma negativa y agresiva”, manifestó la experta.
Por último, todo padre debe tener presente que es vital la paciencia, ya que siempre va haber discusiones o diferencias entre hermanos. Reaccionar con enojo cuando los hijos están discutiendo no ayuda a resolver el conflicto. Es importante calmarse y permitirle a ellos un tiempo para bajar la intensidad de la emoción.