- Nutrición
Antes era odiado, pero ahora es amado. Aquí te contamos los mitos y realidades acerca de este conocido “súper alimento”, y cómo incluirlo en tu dieta.
Dentro de las grasas saludables, el aceite de coco se ha convertido en uno de los más buscados por los que se preocupan por llevar un estilo sano de alimentación.
Aquí te contamos los mitos y realidades acerca de este conocido “súper alimento”.
Antes era malo y ahora es bueno
Ciertamente, en siglos pasados, la manteca de coco tenía la fama de ser dañina para la salud cardiovascular por estar compuesto en gran parte por grasas saturadas.
A pesar de que este tipo de grasas se encuentra normalmente en alimentos de origen animal, el coco es una de las frutas que aporta grasas saturadas; no obstante, los estudios de hoy en día revelan que en cuanto a la salud cardiovascular y los riesgos afines (aumento de LDL o colesterol malo, y el desarrollo de síndrome metabólico) estos tienen gran relación con la resistencia a la insulina, que a su vez depende de nuestro consumo de carbohidratos (tipos y cantidad).
Las grasas son necesarias en el cuerpo humano para formar hormonas, absorber algunas vitaminas como la A,E,D,K y otros nutrientes. Son las grasas las que nos permiten tener una buena salud de los nervios y cerebro, y en ocasiones funcionan para obtener energía.
¿Grasas para perder peso?
Este bondadoso aceite aporta un tipo de grasas que se conoce como TCM (Trigliceridos de cadena media) que, a diferencia de otras, son utilizadas por nuestro hígado y oxidadas rápidamente para generar energía, promoviendo una mayor quema de calorías. Por otro lado, es un alimento que ayuda a reducir el apetito, la inflamación y apoya a que exista menos acumulación de grasa a nivel del abdomen.
No obtante, debemos recordar que el aceite de coco es un alimento alto en calorías por ser una grasa, por lo que debemos manejar adecuadamente las porciones y combinar con otras estrategias para controlar el peso; es decir, no pensemos que solo por consumir aceite de coco bajaremos de peso, sin duda es el conjunto de elementos que ayudarán a lograr esta meta.
Cómo incluirlo en mi alimentación
El aceite de coco es ideal para cocinar gracias a su punto de humeo de aproximadamente 450°F o 230°C, e incluso se puede agregar a bebidas como el café, licuados, ‘smoothies’, y también en la preparación de sopas, aderezos y postres reemplazando otras grasas como aceites vegetales de maíz y similares.
Refinado o extra virgen
A pesar de que el aceite de coco tiene grasas saturadas naturales, es importante considerar su calidad, siendo mejor optar por los que son extra virgen (que conservan sus nutrientes en mayor proporción) y no los refinados, aunque sean más económicos (este nos puede funcionar para el uso externo en la piel, cabello y más).
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