- Nutrición
La verdadera explicación de lo que ocurre en tu cuerpo cuando tomas una o más copas
- Carolina Giannattasio
- GetFitByCaro
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El consumo de alcohol ha formado parte de nuestra cultura y sociedad desde hace siglos. Su naturaleza y efectos ha hecho que nuestros antepasados lo vincularan con lo divino y religioso. En la actualidad, el hábito de consumir bebidas alcohólicas está asociado a celebraciones y diversión, reflejando así la cultura y costumbres de nuestra sociedad.
Ahora bien, ¿sabes lo que le sucede a tu cuerpo cuando ingieres alcohol? Por su composición química no necesita un proceso complejo de digestión, por el contrario, al llegar al intestino delgado es absorbido rápidamente. Si has comido antes, el espacio ocupado en el estómago por dicha comida, más el trabajo que está realizando el sistema digestivo para procesarla, hará más lento el paso del alcohol al intestino, por lo que su absorción será más lenta. Posteriormente se distribuirá por todo el organismo a través de la sangre e irá afectando el desempeño de nuestros órganos vitales y sentidos.
La cantidad de alcohol que tu cuerpo tolera depende de varios factores. Uno de ellos es la cantidad de agua y grasa que tenemos en el cuerpo. Por esa razón los hombres, quienes tienen una mayor cantidad de agua y menor porcentaje de grasa que las mujeres, toleran más alcohol en su organismo antes de caer en fase de alcoholemia.
Una vez absorbido, va al hígado a través de la sangre, este órgano es el encargado de metabolizar el alcohol a través de un proceso llamado oxidación, con la finalidad de convertirlo en un compuesto asimilable para el cuerpo humano. Pero aquí es donde viene la parte compleja: el hígado es considerado el órgano “depurador” del organismo y tiene múltiples funciones. Entre ellas, la de oxidación de grasas para obtención de energía, y la metabolización de la fructosa. Entonces, tomando en cuenta estas tres funciones, el organismo debe priorizar y decidir qué hacer primero.
El alcohol, es considerado tóxico para nuestro cuerpo, por lo tanto, él hará todo su esfuerzo por procesarlo y sacarlo lo antes posible. En ese momento el hígado dejará de oxidar grasa para dedicarse a depurarnos del alcohol. Esto se traduce en que la grasa que no se logre oxidar, se acumula, y es aquí donde viene el aumento de peso como consecuencia de la ingesta de alcohol.
Cabe acotar que la subida o pérdida de peso no se puede considerar un hecho aislado y atribuible únicamente al consumo de alcohol. Sin embargo, cuando estamos en un plan de alimentación orientado a pérdida de grasa, el alcohol será el saboteador número uno de esa meta.
Te estarás preguntando: ¿Debo dejar de consumir alcohol si quiero perder peso? ¡La respuesta es SI! Por supuesto que debes dejarlo. Las calorías provenientes de estas bebidas son vacías, no aportan ningún nutriente y por el contrario tienen efectos secundarios en nuestra salud.
La decisión de tomar alcohol es muy personal, aunque definitivamente lo primordial es que seas mayor de edad. Si no es así, pues para ti está absolutamente prohibido.
Si ya llegaste a tu meta y quieres ser un poco flexible al respecto, lo primero que debes considerar es que, si vas a salirte de tu plan de alimentación elige entre comida “poco saludable” o alcohol. Si pecas con ambas, las consecuencias serán mayores.
Entre la variedad de bebidas alcohólicas, elige los que tengan menor aporte calórico y consúmelos con moderación. Evita tragos preparados que incluyan sodas, jugos o refrescos. Estos son una bomba de calorías. Una Piña Colada tiene alrededor de 500 calorías, es decir lo equivalente a un almuerzo. La cerveza por ejemplo tiene entre 110 y 150 calorías, es una mejor opción, ¡pero ten cuidado! Porque cuando eliges tomar cervezas, no tomas una o dos, y allí está el problema. El espumante, es el licor con menos calorías (alrededor de 80), y los vinos blancos y tintos también son una buena opción ya que además de estar entre las 120 y 130 calorías por copas, se le atribuyen algunos beneficios relacionados con la disminución de coágulos sanguíneos gracias al aumento del colesterol HDL o colesterol bueno. Pero recuerda que el exceso, de este u otro licor trae consecuencias en el desempeño del hígado.
No dañes todo el esfuerzo y sacrificio de una semana bien enfocada, por un fin de semana de fiesta y alcohol. ¡Piénsalo 2 veces!