- Nutrición
Es importante el consumo adecuado de fibra, disminuir el consumo de grasas y procurar ser físicamente activas como parte de un estilo de vida permanente.
Cada 19 de octubre conmemoramos la lucha contra el cáncer de mama, uno de los tipos de cáncer más comunes y que se ubica entre las primeras causas de fallecimiento en mujeres en el continente americano. Sin embargo, con el avance de la ciencia y los estudios los casos letales han disminuido, gracias a la detección temprana en donde el autoexamen y la mamografía son estrategias fundamentales.
El estilo de vida constituye uno de los factores relevantes para la prevención del desarrollo de este tipo de cáncer y, además, disminuir la posibilidad de recaídas durante la etapa de remisión o posterior a ella.
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Ejercítate
Un estudio de revisión realizado por Mouroti N, et al en el 2017 detalla puntos relevantes sobre cómo debiera ser el estilo de vida y alimentación en los sobrevivientes de cáncer de mama.
En este documento los expertos recomiendan procurar mantener un peso saludable lo más posible, si existe algún nivel de sobrepeso procurar disminuirlo y mantenerse delgado durante la vida adulta. Es conocido que el tener grasa corporal excesiva (obesidad) aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama, y de igual forma constituye un riesgo importante para recaídas.
Por otro lado, es necesario realizar algún tipo de actividad física moderada por lo menos 30 minutos diarios, siempre que no comprometa la recuperación, sobre todo en el caso de mastectomías. También es ideal incluir ejercicios de resistencia, aunque al inicio leves; deberían ser mínimo 2 veces por semana, por ejemplo, ejercitando el tronco inferior.
La actividad física ayuda a disminuir el impacto de la fatiga y depresión posterior al tratamiento para el cáncer de mama y evita la descalcificación ósea, además promueve un peso más estable, por lo que colabora en reducir la reincidencia del cáncer.
Dieta colorida con menos químicos
En cuanto a la alimentación, es primordial incluir variedad de alimentos de origen vegetal, principalmente frutas y vegetales; para ello se recomienda consumir por lo menos 5 porciones, entre ambos tipos de alimentos, diariamente y procurar una variedad de colores.
Es ideal reducir considerablemente el consumo frecuente de alimentos ultra procesados, estos son aquellos que suelen tener alto contenido de grasas y aceites refinados, sal, azúcares refinadas y sodio. Suelen ser densos en calorías provenientes de grasas y azúcares como la comida rápida, alimentos fritos, jugos artificiales, dulces, bebidas azucaradas de todo tipo.
Para la nutricionista Kathia Hernández, quien ejerce en el campo de la nutrición oncológica en nuestro país, adoptar estilos de vida saludables que contemplen una alimentación saludable, equilibrada y la actividad física es crucial para mantener un peso sano y reducir el riesgo de recaídas de cáncer de mama. Por otro lado, recomienda en mujeres sobrevivientes el consumo adecuado de fibra, disminuir el consumo de grasas y procurar ser físicamente activas como parte de un estilo de vida permanente.
Conocemos que la obesidad se asocia a mayor riesgo de recurrencia y mayor mortalidad relacionada al cáncer de mama, debido a que promueve la inflamación de bajo grado, además desequilibra muchas hormonas creando un ambiente que contribuye al desarrollo de esta condición. ¡No bajes la guardia!
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