Enséñales a no pelear

Lun, 04/04/2016 - 19:13
¿Llegó el hermanito y no sabes cómo manejar la situación? Tranquila, te damos consejos para llevar la fiesta en armonía.

 

“¡Mamá mi hermano no quiere prestarme los juguetes!”, ¿A cuántas madres no les parece familiar esta frase?  Pareciera que la palabra favorita de los pequeños es “no”. Lo cierto  es que se necesita enseñarles a convivir con sus hermanos sin problemas.   La psicóloga panameña de niños Ana Gabriela de la Guardia nos explica que las  discusiones y  competencias es normal  entre hermanos, “es dentro de la familia y con los hermanos que se va aprendiendo a socializar y relacionarse con otros”, explicó, y añadió que  son las diferencias las que le  permiten a los niños aprender a discutir y negociar.

¿Hasta qué punto son normales las peleas?

En este caso, existe una delgada línea entre lo normal y cuando no lo es. Se conoce hoy día — y los expertos hacen referencia— al  “bullying” entre hermanos, a lo que la experta, De La Guardia, menciona  que se puede considerar “bullying” al comportamiento que se  torna en una agresión constante e intencional, causando daños físicos y emocionales en el otro. “Cuando empiezas a ver un patrón en que uno de los hermanos es constantemente el agresor y el otro es la víctima y se siente constantemente humillado y sin poder defenderse”, entonces podemos decir que no es una conducta  normal, lo dejó claro  la experta.

No al favoritismo

Una de las principales causantes de las fricciones entre hermanos radica en los celos por la llegada de un nuevo miembro y  la preferencia  de parte de los padres o familiares hacia uno de los hijos. En este caso, la psicóloga  recomienda  construir una relación sana y para esto la clave sería que  “mientras mayor comunicación, afecto y aceptación haya en un hogar, es menos probable que haya agresión y violencia entre ellos”, dijo.

Tratando las personalidades

Es normal que uno de los pequeños sea más despierto, aquel que no siente pena de nada; mientras que otro será introvertido, pensará más sus acciones. Cada niño viene con su personalidad, por ejemplo: algunos  necesitan más afecto físico,  otros  más reforzamiento verbal o más espacio para jugar solos.     Mientras que  otros, por motivos de salud o de cuidados especiales, deben tener  una  atención más constante por parte de  la familia.
En este caso, la psicóloga comentó que es necesario  que los padres aprendan —primeramente— a reconocer las necesidades de cada uno (físicas y emocionales). Y para lograrlo,  la mejor manera  es: “pasando tiempo con sus hijos y dedicándoles tiempo para observarlos y realmente conocerlos, buscando construir una relación”, añadió.

Otros consejos para manejar las personalidades es poder aprender a diferenciar y valorar a cada niño de forma individual. Al enseñarles a través de su conducta, modelando y no comparándolos unos con otros, lo cual es uno de los errores más comunes entre los progenitores. Nunca se les debe decir frases como “si fueras como tu hermano(a)” , o “Mira como él o ella lo hizo”, etc. Este tipo de manifestaciones  ocasionan  que se piense que  uno es  mejor que el otro, alimentando los celos y la envidia, la competitividad y las inseguridades, “el niño empieza a sentir que no es suficientemente bueno y buscará maneras de compensar y buscar nuevamente la atención de los padres, lo que puede hacer de una forma negativa y agresiva”, manifestó la experta.

Por último, todo padre  debe tener presente que es vital la paciencia, ya que siempre va  haber discusiones o diferencias entre hermanos. Reaccionar con enojo cuando los hijos están discutiendo no ayuda a resolver el conflicto. Es importante  calmarse y  permitirle a ellos un tiempo  para bajar la intensidad de la emoción.

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