Hace unas semanas, cuando Ronda Rousey destrozó a su oponente Bethe Correia en el Octágono con un impresionante tiempo de 34 segundos, todos hablaban de la deportista más dominante del planeta. Un título bien merecido cuando repasas su récord de 12 combates ganados sin conocer la derrota, y en donde solo en tres de ellos supera el tiempo de 60 segundos. Ella acaba con su oponente en tiempo mínimo, casi sin despeinarse.
Ahora, tengo amigas a las que no les gusta este tipo de deporte de combate, donde dos personas básicamente se están—según ellas— “sacando la mugre”. Mi argumento siempre es que solo están viendo la superficie, la sangre, la rudeza. Y en el caso del boxeo profesional, el billete y el show mediático. Pero hay que ver más allá de esos elementos. Y si hablamos del UFC (Ultimate Fighting Championship), el mayor torneo de artes marciales mixtas del mundo, realmente hay mucha técnica. No es tirar patada y puñete a lo loco. Ronda, por ejemplo, es una exyudoca, medallista olímpica. Estamos hablando de atletas de alto rendimiento, no cualquier ser mortal.
Dicho esto, me sumerjo en el tema en cuestión. Hace unos meses, Ronda ganó el premio Espy a Mejor Luchador y venció a Floyd Mayweather quien también estaba nominado para el premio. Luego hubo balas lanzadas por ambos lados en donde se sugirió que debía existir un combate entre los dos, y Floyd lanzó la siguiente frase: “Si le hago daño no será abuso, ya que ella es un hombre”. A ver, ¿por dónde desgloso y empiezo con el análisis de esta frase?
1. Floyd es un irrespetuoso al llamar a una dama, hombre.
2. Existe una asociación equivocada de poder con el sexo masculino. Es decir, todo lo fuerte y poderoso es masculino, es de hombre. El ser la deportista más dominante del planeta, el ser tan arrolladora en sus combates, el ser tan PODEROSA, ¿automáticamente le tiene que ganar el calificativo de ser hombre? ¿Y por un hombre? ¿Qué año este? ¿1953? Seguimos asociando a la mujer con ser débil, y al hombre con ser fuerte. Y cuando la mujer demuestra ser fuerte, ¡ah!, entonces es un hombre, o poco femenina. Pero para ser equitativa veamos el otro lado también, cuando el hombre se muestra débil, o llora o se pone sentimental, entonces es una niñita, o poco hombre. Por favor, ampliemos el panorama, hombre y mujer puede ser débil y fuerte, ambos adjetivos pueden coexistir en un mismo género.
3. Floyd, vamos, Ronda a pesar de tu observación, es mujer, y posiblemente ella te haga daño a ti y no tu a ella, pero si, seria visto como abuso. El mismo abuso del cual miles y miles de mujeres son víctimas en todas partes del mundo. Y es precisamente la razón por la cual Ronda Rousey se ha reusado a meterse en un octágono contra un hombre. Ella admite que podría ganarle a muchos hombres, pero no quiere luchar contra ellos. Ronda no está a favor de una situación en la que miles de personas estén alrededor de un octágono animando a un hombre pegarle a una mujer, y ha dicho “es un hombre pegándole a una mujer, y eso no es aceptable nunca”.
Ni en el octágono, ni en la recamara, ni en el mall, ni en la cantina. No es aceptable nunca.