¿Es amor o enamoramiento? Aprende a diferenciar estas etapas

Mar, 09/08/2020 - 12:15
Aunque son términos similares que tienden a confundir a las personas y parejas, hay una serie de características que los diferencian y que mencionaremos a continuación.

Objetos de canciones, poemas, cuadros… El amor y el enamoramiento se han ganado un espacio especial en la creación de muchos artistas conocidos y desconocidos, quienes a través de los años han considerado a ambos como un arte en sí.

 

Aunque son términos similares que tienden a confundir a las personas y parejas, hay una serie de características que los diferencian y que mencionaremos a continuación.

 

En primera instancia, el enamoramiento es una de las etapas iniciales de una relación de pareja en la que por lo general están presentes la pasión romántica y la pasión erótica. Ambas traen consigo una activación física y fisiológica como respuesta a estímulos durante la socialización con la persona que le atrae.

 

Así vemos que en el enamoramiento se pueden presentar: sudoración, taquicardias, ruborización, sensación de “mariposas en el estómago”, tartamudeo, entre otros. Vale resaltar que esta es una etapa en la que segregamos grandes cantidades de neurotransmisores y hormonas como la dopamina, la oxitocina y las endorfinas, los cuales contribuyen a que aumenten los sentimientos de apego, felicidad, satisfacción y bienestar.

 

Pero además, se presentan una serie de ideas y actitudes asociadas con el estereotipo de romanticismo tales como: idealización del otro y de la relación, rodear todo lo referente a la relación en halo de magia, deseos de fusión, deseos de hacer planes juntos, creencia en la omnipotencia del amor,  percepción del tiempo distorsionada, pensamientos intrusivos (respecto a la pareja) que no permiten concentrarse en otras tareas, ansiedad ante la idea de ruptura, entre otros.

 

En la medida en la que pasamos a otra etapa de la relación, toda esta revolución que experimentamos alcanzará su nivel máximo para ir descendiendo debido a fenómenos psicobiológicos como el denominado efecto “Coolidge” (preferencia por estímulos sexuales novedosos) o por otros procesos de aprendizaje como la saciación y la habituación.

 

Si la relación avanza, es muy probable que se presente ese sentimiento tan anhelado llamado amor; el cual, según la Teoría Triangular de Sternberg cuenta con tres dimensiones que son: Compromiso, intimidad y pasión (erótica y romántica).

 

En este orden de ideas, el compromiso se refiere a la decisión que toman ambos de mantener la relación a pesar de los inconvenientes que pudieran tener y crear un proyecto de vida juntos. Este factor tiene un crecimiento un poco más demorado y va aumentando a medida que crece la interdependencia personal y material entre ambos. Para su mantenimiento también juegan un papel importante la llegada de los hijos, el “qué dirán”, el temor a la soledad, entre otros.

 

Por su parte, la intimidad está relacionada con un vínculo de unión afectiva, gracias al cual se presentan elementos como: la comunicación, la confianza, la seguridad, el apoyo afectivo mutuo, la compasión en el sentido en el que “me duele lo que pase al otro”, la comprensión, las autorrevelaciones, entre otros. Este factor también irá creciendo con el tiempo gracias a la convivencia, el compartir momentos, hacer planes con amistades, visitar lugares, etc.

 

Y por supuesto, el tercer factor que es la pasión (erótica y romántica) que ya describimos, está presente aunque con menos intensidad que la que se experimenta en la etapa de enamoramiento.

 

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Finalmente, podemos decir que es importante vivir las etapas plenamente entendiendo que con el paso del tiempo van cambiando y no podemos pretender que permanezcan inamovibles. Puesto que, así como cada persona va creciendo y madurando, también la pareja y el vínculo lo van haciendo. No adaptarse a esos cambios es lo que a veces lleva a muchos a buscar emociones fuertes que pueden llegar a ser contraproducentes al no tener un control sobre las consecuencias que se puedan derivar.

 

Es así como desde la práctica clínica, los especialistas en sexología observamos a parejas que con el ánimo de revivir ese enamoramiento, incluyen en sus actividades sexuales a terceras personas (tríos) o intercambian parejas con otros (swingers), entre tantos ejemplos, lo cual muchas veces termina en infidelidades y rupturas.

 

Mira a continuación una entrevista en el programa Mujer, donde hablo más sobre este interesante tema que suele generar confusión.

 

 

 

 

 

 

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