- Mente y Cuerpo
Hay una gran presión en línea de “aprovechar” el tiempo e inscribirse en 15 cursos, bajar 15 libras o leer 15 libros. Todo eso puede generar más ansiedad de lo que ya estamos expuestos.
La cuarentena por el coronavirus nos ha obligado a estar encerrados por nuestro bien y el de los demás, pero esta situación puede generar mucha ansiedad. Algunas sencillas y prácticas medidas te ayudarán a calmarte en esta época difícil.
Parece que fue hace poco que estábamos todos con nuestras vidas ajetreadas, sin “tiempo” para nada más. Con rutinas, hábitos, relaciones, responsabilidades y muchas expectativas en el día a día de cosas por hacer, lograr, mejorar y decisiones por tomar. Pero llegó el Covid-19, el mundo entero se detuvo y la Tierra siguió girando.
Este tipo de situación tiene un impacto psicológico fuerte con una mezcla de síntomas físicos y emocionales como miedo, enojo, confusión, ansiedad por lo actual y lo incierto (el trabajo, el dinero, el abastecimiento de comida, posibilidades de contagiarnos o nuestros seres queridos e incluso la idea de la muerte). Además, está la creencia general de que hubo una pérdida de libertad, de control de nuestras vidas, de seguridad, y eso nos genera más malestar.
No puedo decirles hoy que se calmen o se relajen y que todo va a estar bien. Sería peor. Pero sí les diré que todo lo que sienten, piensen o hacen es, probablemente, lo esperado, y están dando lo mejor de ustedes en estos momentos tan difíciles y nuevos para todos. Pero mantenernos tranquilos o equilibrados va a requerir de un esfuerzo integral individual. Es necesario poder cuidar de nuestro cuerpo, pero sobre todo de nuestra mente para sobrellevar este periodo.
Qué podemos hacer
1. En primera instancia, podemos cambiar nuestros pensamientos para que nos ayuden a aliviarnos de la angustia del confinamiento. Recuerda: no estamos encarcelados ni encerrados, sino que estamos tomando la decisión de quedarnos en casa para hacer el bien y ayudar a los demás.
2. También poder ajustar nuestras expectativas a lo que esperamos de los demás y de nosotros mismos en estos momentos. He visto la gran presión en línea de “aprovechar” el tiempo e inscribirse en 15 cursos, bajar 15 libras o leer 15 libros. Todo eso puede generar más presión de lo que ya estamos expuestos. No esperes que los demás hagan lo que tú esperas de ellos ni te obligues a hacer lo que crees que los demás esperan de ti o ellos harán. Cada quien puede encontrar su propio ritmo.
3. Siendo una nueva etapa y dure cuanto dure, poder adaptarnos a ella exitosamente requiere de un plan de acción. La estructura la ponemos nosotros para construirnos sobre ella. Es por esto que han debido escuchar incansablemente la importancia de crear una rutina, esto nos ayuda a saber qué esperar durante el día, a cumplir con las necesidades básicas que necesitamos. Los horarios de sueño, de alimentación, el asearnos y sacar tiempo para el ocio y para mover el cuerpo son espacios efectivos que ayudan a cuidarnos. No ahondaré en que el ejercicio y la nutrición es importante (eso ya lo saben) y que hay que evitar en lo posible consumir todo lo que es perjudicial para la salud física y mental.
4. En cuanto a las relaciones y las emociones, debemos saber que somos seres de vínculos y a la vez tenemos la función de poder “corregularnos” emocionalmente y psicológicamente con el otro. Es decir, podemos ayudar al otro a sentirse mejor pero también necesitamos conectar y equilibrarnos con el otro de una manera positiva para sentirnos bien. No podemos pensar que no somos sensibles a lo que siente le otro, entonces hay que prepararnos para no solo sentir emociones agradables sino también vivir periodos de tensión, angustia, enojo y miedo.
Esto es quizás lo más difícil, ya que en casa después de mucho tiempo juntos se pueden destapar muchos conflictos latentes de hace mucho tiempo, o sencillamente agarrar el primero que vemos en frente y desahogarnos. Las emociones van y vienen como las olas. Respira hondo.
También es necesario tener ciertos momentos de espacio para también conectar con nosotros mismos, tener la oportunidad de expresar cómo te sientes, y si por alguna razón no puedes hacerlo es tu casa es ahí donde mantener contacto con nuestros círculos sociales es tan importante. Verás, por más que queremos que cierta persona en especial (pareja, hermano, madre, etc.) nos contenga emocionalmente, a lo mejor eso no será posible y es por eso que es importante contar con otras personas que puedan escucharte, validarte y ayudarte a bajar la angustia.
¡Aislarse físicamente no significa aislarse socialmente! Conéctate, llama, habla. No me cansaré de decirlo, pero ante emociones abrumadoras, pensamientos negativos, malestar físico y una falta de recursos para encontrar aquel frágil equilibrio, no dudes en buscar ayuda de un profesional de la salud mental. Estamos en línea a nivel mundial, estamos para ayudar, escuchar, compartir estrategias. ..
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5. ¿Y los niños? Bueno imagínense que ellos aún están construyendo su compás interior para encontrar el equilibrio y cuentan con nosotros para que seamos su brújula en estos tiempos inciertos. Poca presión, ¿verdad? Bueno, es por esto que es tan importante que los padres se puedan cuidar psicológica, emocional y físicamente. Ellos necesitan estructura, aún más que nosotros. Hay que hablarles en su idioma de la situación existente, darles un horarios, una rutina. Un espacio para expresar emociones, para soltar energía, para moverse. No hablo de perfección, aquí nadie es supermamá o superpapá. Ellos solo necesitan lo esencial: cuidado, estructura, amor, seguridad y respeto.
Si no logran terminar todo lo de la escuela, se retoma mañana. Si pueden ayudar con cosas en la casa, enséñales cómo. Si pierdes la paciencia y alzas la voz, pide perdón y explícales cómo te sientes tú también. Date un espacio si estás muy tensa y asegúrate de decirles lo mucho que los quieres y los cuidas en estos momentos. Jugar, reírse, leer y mimar son maneras de aliviar la ansiedad y mostrar amor. Tenemos la oportunidad de crear en ellos recuerdos positivos. Un día a la vez y busquemos apoyo entre nosotros. Equilibrio, consistencia, y no perfección.
6. Acerca de la tecnología y la información, no te satures. Sigue las fuentes confiables de las organizaciones de la salud y utiliza las redes para recibir información positiva y sana. Lee o mira videos de cosas que te estimulen y no te desagraden. Somos seres de evolución y supervivencia por excelencia, usemos nuestro razonamiento de forma constructiva, cuidemos nuestras relaciones, identifiquemos lo que nos funciona y modifiquemos lo que no.
7. Por último, creo que la gratitud y la espiritualidad son pilares importantes en estos momentos para completar el equilibrio. Recuerda todo lo que tienes hoy (techo, comida, salud, amistades, Internet, una cama, familia, luz, agua, etc.), siempre tenemos algo por el cual agradecer y sentirnos privilegiados. Sembremos lo que nos da esperanza y bienestar. Mantengámonos en el presente, ayudemos al más necesitado, saquemos por todo lo alto el lado más bonito de la humanidad, pues ese es el antídoto que ningún virus aguantará.
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