- Para Padres
Las actividades extraescolares resultan alternativas perfectas para que tu hijo se divierta a la vez que aprende algo nuevo.
En la actualidad existen múltiples actividades extracurriculares para los pequeños de la casa. Hay desde escuelas de baile, equipos deportivos, clases de pintura, idiomas, natación, hasta clases de ajedrez y otras disciplinas.
Para algunos padres está el dilema de que si en realidad es importante inscribir a su niño o niña en alguna actividad de esta índole. Otros padres padecen, sin siquiera saberlo, de lo que se conoce como “hiperpaternidad”, según lo indica el libro superventas “Bajo Presión”, de Carl Honoré, que describe cómo algunos padres están en una carrera constante por lograr que sus hijos practiquen todo tipo de actividad.
En respuesta a estas dudas acerca de si son realmente necesarias o no, los expertos las consideran como un hecho positivo que ayudan a los pequeños a complementar su desarrollo personal y académico. Sin embargo, una sobrecarga de estas es contraproducente, porque el niño puede sentirse estresado o cansado, lo que a su vez afecta su rendimiento. Los pediatras recalcan que los niños no deben tener un horario parecido al de un adulto.
¿Cómo elegirlas?
Para facilitar la tarea de escoger las actividades, se recomienda preguntarle a su hijo lo que le gustaría hacer después de la escuela. Le puede sugerir que tome una clase de prueba para saber si en realidad le gusta lo que eligirá. Es importante que considere la edad, los gustos y habilidades antes de elegirla. Por ejemplo, si a su princesa le gusta bailar, puede sugerirle clases de tap o ballet. Para los que están por debajo de los seis años, los psicólogos recomiendan clases que no exijan normas. Un pequeño de tres años seguramente no seguirá al pie de la letra las instrucciones para jugar ajedrez. No imponga sus gustos personales. Motive al niño para que realice una actividad fuera del horario escolar, pero no lo obligue ni lo oriente hacia sus propias metas. No porque a usted le hubiese gustado tocar el piano significa que su hijo lo desea.
De 4 a 5 años
Danza: ayuda a desarrollar la expresión y la comunicación corporal, además de ser perfecta para despertar el sentido musical y estimular la coordinación y el trabajo en grupo.
Psicomotricidad: es aconsejable tanto para estimular como para reeducar a los niños a través de los movimientos y la interacción. Pueden ser actividades que incluyan saltos, balanceos, arrastres y caídas.
Dibujo: ayuda a que los niños expresen sentimientos, emociones y sensaciones. Estimula la creatividad, el autocontrol y la autoconfianza.
De 5 a 6 años
Gimnasia: trabaja las habilidades motrices, fomenta el conocimiento del cuerpo, del ritmo y de los movimientos.
Fútbol: estimula la velocidad, los reflejos, la coordinación motora y valora la competición en grupo.
Tenis: desarrolla los reflejos, la coordinación, la velocidad y la psicomotricidad.
Baloncesto: aumenta la resistencia, la coordinación de movimientos, a rapidez, la agilidad y la flexibilidad. Además, ayuda a controlar las acciones individuales para adaptarlas al resto del grupo.
Artes marciales: el taekwondo, el karate o el judo brindan salud corporal y desarrollo mental. Ayudan a desarrollar la concentración, la resistencia, fuerza, flexibilidad y le enseñan a los niños valores como la integridad y la honestidad.
De 6 a 8 años
Pintura: estimula la capacidad creativa, destreza manual y visual, y la expresión plástica. Además fomenta la concentración y la tranquilidad.
Instrumentos musicales: estos despiertan la inteligencia musical y el sentido del ritmo, divierten, relajan y estimulan.
Incluir en el horario de tu hijo alguna actividad extra que le guste le aportará grandes beneficios y, de seguro, te lo agradecerá en el futuro.