- Mente y Cuerpo
El 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial Sin Alcohol. Si tu patrón de consumo de alcohol te produce una gran angustia reiterada y problemas para desenvolverte en la vida diaria, es probable que padezcas el trastorno por consumo de alcohol.
El trastorno por consumo de alcohol (que incluye un grado que, a veces, se denomina alcoholismo) es un patrón de consumo de alcohol que comprende problemas para controlar tu consumo, situaciones en las que te sientes preocupado por el alcohol, el consumo continuo de este aun cuando te cause problemas, la necesidad de tener que beber más para lograr el mismo efecto o la presencia de síntomas de abstinencia cuando disminuyes o suspendes rápidamente el consumo.
El consumo no saludable de alcohol comprende todo consumo de alcohol que pone en riesgo tu salud o tu seguridad, o que provoca otros problemas relacionados. También incluye el consumo muy elevado de alcohol, un patrón de consumo de alcohol por el cual un hombre consume cinco o más bebidas en dos horas, o una mujer ingiere, al menos, cuatro bebidas en dos horas. El consumo muy elevado de alcohol provoca riesgos significativos para la salud y para la seguridad.
Si tu patrón de consumo de alcohol te produce una gran angustia reiterada y problemas para desenvolverte en la vida diaria, es probable que padezcas el trastorno por consumo de alcohol. Puede oscilar entre leve y grave. Sin embargo, incluso un trastorno leve puede intensificarse y dar lugar a problemas graves, por lo que el tratamiento temprano es importante.
Síntomas
El trastorno por consumo de alcohol puede ser leve, moderado o grave, según la cantidad de síntomas que presentes. Entre los signos y síntomas pueden encontrarse los siguientes:
- Incapacidad para limitar la cantidad de alcohol que consumes
- Deseo o intentos fallidos de reducir la cantidad de alcohol que consumes
- Pérdida de mucho tiempo bebiendo u obteniendo el alcohol, o recuperándote de su consumo
- Deseo fuerte o necesidad de beber alcohol
- Incumplimiento de obligaciones importantes en el trabajo, la escuela o el hogar debido al consumo reiterado de alcohol
- Consumo continuo de alcohol incluso cuando sabes que esto causa problemas físicos, sociales o interpersonales
- Abandono o reducción de actividades sociales o laborales y pasatiempos
- Consumo de alcohol en situaciones donde no es seguro, como al conducir o nadar
- Desarrollo de tolerancia al alcohol, de manera que necesitas más cantidad para sentir su efecto o tienes un efecto reducido por la misma cantidad
- Presencia de síntomas de abstinencia, como náuseas, sudoración y temblores, cuando no bebes, o beber para evitar estos síntomas
El trastorno por consumo de alcohol puede incluir períodos de intoxicación por alcohol y síntomas de abstinencia.
- La intoxicación por alcohol se genera a medida que aumenta la cantidad de alcohol en el torrente sanguíneo. Mayor la concentración de alcohol en sangre, mayor el deterioro en tu organismo. La intoxicación por alcohol causa problemas de conducta y cambios mentales. Estos pueden incluir comportamiento inadecuado, estados de ánimo inestables, alteración de la capacidad de juicio, dificultad para hablar, problemas de atención o memoria y mala coordinación. También puedes tener períodos denominados “apagones”, donde no recuerdas los hechos. Los niveles muy altos de alcohol en sangre pueden provocar un coma o incluso la muerte.
- La abstinencia al alcohol puede suceder cuando el consumo de alcohol ha sido intenso y prolongado y luego se suspende o reduce considerablemente. Puede suceder en el plazo de varias horas o hasta cuatro o cinco días después. Los signos y síntomas consisten en sudoración, aceleración de los latidos del corazón, temblores en las manos, problemas para dormir, náuseas y vómitos, alucinaciones, inquietud y nerviosismo, ansiedad y, a veces, convulsiones. Los síntomas pueden ser lo suficientemente graves como para afectar tu desempeño en el trabajo o en situaciones sociales.
¿Qué se considera un trago?
National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism define un trago normal como cualquiera de los siguientes:
- 12 onzas (355 mililitros) de cerveza común (aproximadamente 5 por ciento de alcohol)
- Entre 8 y 9 onzas (de 237 a 266 mililitros) de licor de malta (aproximadamente 7 por ciento de alcohol)
- 5 onzas (148 mililitros) de vino (aproximadamente 12 por ciento de alcohol)
- 1.5 onzas (44 mililitros) de licor fuerte con 80 por ciento de graduación alcohólica (aproximadamente 40 por ciento de alcohol)
Cuándo debes consultar con un médico
Si crees que a veces bebes mucho alcohol, si beber te está causando problemas o si tu familia está preocupada porque bebes, habla con tu médico. Existen otras maneras de pedir ayuda, como hablar con un profesional de salud mental o buscar asistencia en los grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos o grupos de autoayuda similares.
La negación del problema es muy común, por lo que quizá no sientas que tienes un problema con el alcohol. Puede que no te des cuenta de cuánto bebes o cuántos problemas en tu vida están vinculados al abuso de alcohol. Escucha a tus familiares, amigos o colegas cuando te digan que analices tus hábitos con el alcohol o que busques ayuda. Reflexiona sobre la posibilidad de hablar con alguien que haya tenido este problema y se haya recuperado.
Si tu ser querido necesita ayuda
Muchas personas que padecen un trastorno relacionado con el consumo de alcohol dudan en tratarse ya que no reconocen que tienen un problema. La intervención por parte de los seres queridos puede ayudar a algunos a reconocer el problema y aceptar que necesitan ayuda profesional. Si te preocupa alguien que bebe en exceso, pide a un profesional con experiencia en el tratamiento del alcoholismo que te asesore sobre cómo acercarte a esa persona.
Causas
Los factores genéticos, psicológicos, sociales y ambientales pueden influir sobre la manera en que el alcohol afecta tu organismo y tu conducta. Hay teorías que sugieren que en algunas personas el alcohol tiene un impacto diferente y más fuerte que puede causar trastornos relacionados con el consumo de alcohol.
Con el paso del tiempo, tomar demasiado alcohol puede cambiar el funcionamiento normal de algunas áreas del cerebro asociadas con la experiencia de placer, el razonamiento y la capacidad de controlar tu conducta. Eso podría ocasionar un fuerte deseo de tomar alcohol para intentar recuperar los sentimientos positivos o disminuir los negativos.
Factores de riesgo
El consumo de alcohol puede comenzar en la adolescencia, pero el trastorno por consumo de alcohol se manifiesta con mayor frecuencia entre los 20 y los 40 años, aunque puede presentarse a cualquier edad.
- Consumo constante a lo largo del tiempo. El consumo excesivo frecuente durante un período prolongado o el consumo compulsivo frecuente pueden ocasionar problemas relacionados con el alcohol o trastorno por consumo de alcohol.
- Comenzar a una edad temprana. Las personas que comienzan a beber, especialmente de manera compulsiva, a una edad temprana tienen un mayor riesgo de padecer trastorno por consumo de alcohol.
- Antecedentes familiares. El riesgo de padecer trastorno por consumo de alcohol es mayor en las personas que tienen un padre u otro familiar cercano con problemas con el alcohol. Esto puede verse influenciado por factores genéticos.
- Depresión y otros problemas mentales. Es frecuente que las personas con trastornos mentales, como ansiedad, depresión, esquizofrenia o trastorno bipolar, tengan problemas con el alcohol u otras sustancias.
- Antecedentes de trauma. Las personas con antecedentes de problemas emocionales u otros traumas tienen un mayor riesgo de padecer trastorno por consumo de alcohol.
- Cirugía bariátrica. Algunos estudios de investigación indican que someterse a una cirugía bariátrica puede aumentar el riesgo de padecer trastorno por consumo de alcohol o de tener una recidiva después de recuperarse de este trastorno.
- Factores sociales y culturales. Tener amigos o una pareja que beben con regularidad podría aumentar el riesgo de padecer trastorno por consumo de alcohol. La manera atractiva en la que a veces el consumo de alcohol se presenta en los medios de comunicación también puede transmitir el mensaje de que beber mucho está bien. En el caso de los jóvenes, la influencia de los padres, compañeros y otros modelos a seguir puede afectar el riesgo.
Complicaciones
El alcohol deprime el sistema nervioso central. En algunas personas, la reacción inicial puede ser la estimulación. Sin embargo, a medida que sigues bebiendo, te vas sedando.
La ingesta excesiva de alcohol te afecta en el habla, la coordinación muscular y los centros vitales del cerebro. Una borrachera excesiva puede, incluso, provocar un coma potencialmente fatal o la muerte. Esto es particularmente preocupante si tomas ciertos medicamentos que también deprimen el funcionamiento del cerebro.
Impacto en la seguridad
Consumir bebidas alcohólicas en exceso puede reducir las habilidades de razonamiento y disminuir las inhibiciones, lo que da lugar a decisiones erróneas y a situaciones o comportamientos peligrosos, como los siguientes:
- Accidentes automovilísticos y otros tipos de lesiones accidentales, como ahogarse
- Problemas en las relaciones
- Un desempeño deficiente en el trabajo o en la escuela
- Mayor probabilidad de cometer delitos violentos o de ser víctima de un delito
- Problemas legales, laborales o económicos
- Problemas con el consumo de otras sustancias
- Participación en relaciones sexuales riesgosas y sin protección, o ser víctima de abuso sexual o de violación
- Mayor riesgo de intentar suicidarse o de realmente hacerlo
Efectos sobre tu salud
Beber demasiado alcohol en una sola ocasión o a lo largo del tiempo puede ocasionar problemas de salud, como los que se nombran a continuación:
- Enfermedad hepática. El consumo elevado de alcohol puede aumentar la grasa en el hígado (esteatosis hepática), producir inflamación del hígado (hepatitis alcohólica) y, a lo largo del tiempo, ocasiona la formación de cicatrices y la destrucción irreversible del tejido hepático (cirrosis).
- Problemas digestivos. El consumo elevado de alcohol puede provocar la inflamación de la pared que recubre al estómago (gastritis), así como úlceras estomacales y esofágicas. También puede interferir con la absorción de vitaminas B y otros nutrientes. El consumo elevado de alcohol puede dañar el páncreas o producir inflamación del páncreas (pancreatitis).
- Problemas del corazón. El consumo excesivo de alcohol puede ocasionar presión arterial alta y aumenta el riesgo de padecer cardiomegalia, insuficiencia cardíaca o ataque cardíaco. Incluso un solo consumo excesivo de alcohol puede causar una arritmia cardíaca seria llamada fibrilación auricular.
- Complicaciones de la diabetes. El alcohol afecta la liberación de glucosa del hígado y puede incrementar el riesgo de tener niveles bajos de azúcar en sangre (hipoglucemia). Esto es peligroso si tienes diabetes y te inyectas insulina para bajar el nivel de azúcar en sangre.
- Problemas con la actividad sexual y la menstruación. El consumo excesivo de alcohol puede provocar disfunción eréctil en los hombres. En las mujeres, puede interrumpir la menstruación.
- Problemas en la vista. Con el tiempo, el consumo excesivo de alcohol puede provocar un movimiento ocular involuntario y rápido (nistagmo), así como debilidad y parálisis de los músculos oculares, debido a una deficiencia de la vitamina B1 (tiamina). Si no se trata rápidamente, una deficiencia de tiamina también puede estar asociada con otros cambios cerebrales, como la demencia irreversible.
- Anomalías congénitas. El consumo de alcohol durante el embarazo puede provocar un aborto espontáneo. También puede provocar síndrome alcohólico fetal, por lo que se da a luz a un niño con problemas físicos y de desarrollo que padecerá durante toda su vida.
- Daño en los huesos. El alcohol puede afectar la producción de masa ósea. Esta disminución de la masa ósea puede causar un adelgazamiento de los huesos (osteoporosis) y un mayor riesgo de sufrir fracturas. El alcohol también puede dañar la médula ósea, encargada de producir los glóbulos de la sangre. Es posible que esto provoque un recuento de plaquetas bajo, lo que puede ocasionar hematomas y sangrado.
- Complicaciones neurológicas. El consumo excesivo de alcohol puede afectar el sistema nervioso, lo que provoca entumecimiento y dolor en las manos y en los pies, trastornos del pensamiento, demencia y pérdida de la memoria a corto plazo.
- Sistema inmunitario debilitado. El uso excesivo de alcohol puede dificultar la resistencia del cuerpo a las enfermedades, lo que incrementa el riesgo de sufrir diversas enfermedades, en especial, la neumonía.
- Aumento del riesgo de padecer cáncer. El consumo excesivo y prolongado de alcohol se ha relacionado con un mayor riesgo de padecer muchos tipos de cáncer, como cáncer de boca, garganta, hígado, esófago, colon y mama. Incluso el consumo moderado de alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
- Interacciones entre los medicamentos y el alcohol. Algunos medicamentos interactúan con el alcohol, lo que incrementa sus efectos tóxicos. Beber mientras tomas estos medicamentos puede aumentar o disminuir su efectividad o hacerlos peligrosos.
Prevención
La intervención temprana puede prevenir problemas relacionados con el alcohol en adolescentes. Si tienes un hijo adolescente, presta atención a los signos y síntomas que puedan indicar un problema con el alcohol:
- Falta de interés en las actividades y los pasatiempos, y en la imagen personal.
- Ojos colorados, balbuceo, problemas de coordinación y lagunas mentales.
- Dificultades o cambios en las relaciones con los amigos, como juntarse con un nuevo grupo.
- Calificaciones más bajas y problemas en la escuela.
- Cambios de humor frecuentes y comportamiento defensivo.
Puedes ayudar a prevenir el consumo de alcohol en adolescentes de la siguiente manera:
- Da un buen ejemplo con tu propio consumo de alcohol.
- Habla abiertamente con tu hijo, dedica tiempo para estar juntos e involúcrate de manera activa en su vida.
- Hazle saber a tu hijo qué tipo de comportamiento esperas y cuáles serán las consecuencias si no cumple las normas.
Tratamiento
El tratamiento para el trastorno por consumo de alcohol puede variar en función de tus necesidades. El tratamiento puede incluir una intervención breve, asesoramiento individual o grupal, un programa ambulatorio o una estancia con residencia como paciente hospitalizado. La meta principal del tratamiento es trabajar para detener el consumo de alcohol y así mejorar la calidad de vida.
El tratamiento para el trastorno por consumo de alcohol puede consistir en lo siguiente:
- Desintoxicación y abstinencia. El tratamiento puede comenzar con un programa de desintoxicación, abstinencia controlada por un médico, que suele durar de dos a siete días. Es posible que debas tomar sedantes para prevenir los síntomas de la abstinencia. Por lo general, la desintoxicación se realiza en un centro de tratamiento de pacientes hospitalizados o en un hospital.
- Aprendizaje de habilidades y establecimiento de un plan de tratamiento. Esto suele incluir la participación de especialistas en el tratamiento contra el consumo de alcohol. Puede comprender el establecimiento de metas, técnicas para el cambio de comportamiento, el uso de manuales de autoayuda, asesoramiento y atención de seguimiento en un centro de tratamiento.
- Asesoramiento psicológico. El asesoramiento y la terapia grupal e individual te ayudan a comprender mejor tu problema con el alcohol y apoyan la recuperación desde los aspectos psicológicos del consumo de alcohol. Puedes beneficiarte de la terapia familiar o de pareja, ya que el apoyo familiar puede ser una parte importante del proceso de recuperación.
- Medicamentos orales. Un medicamento llamado disulfiram (Antabuse) puede ayudar a evitar que bebas, aunque no curará el trastorno por consumo de alcohol ni eliminará la compulsión por beber. Si bebes alcohol, el medicamento produce una reacción física que puede incluir enrojecimiento de la cara y el cuello, náuseas, vómitos y dolor de cabeza. La naltrexona, medicamento que bloquea las buenas sensaciones que provoca el alcohol, puede prevenir el consumo excesivo y reducir el impulso de beber. El acamprosato puede ayudar a combatir el deseo intenso por el alcohol una vez que suspendas su consumo. A diferencia del disulfiram, la naltrexona y el acamprosato no te provocan malestar después de beber.
- Medicamentos inyectables. El Vivitrol, una versión del medicamento naltrexona, es inyectado una vez al mes por un profesional de la salud. Aunque se puede tomar una medicación similar en forma de pastilla, la versión inyectable del medicamento puede facilitar el uso constante por parte de personas que se están recuperando del trastorno por consumo de alcohol.
- Apoyo continuo. Los programas posteriores al tratamiento y los grupos de apoyo ayudan a las personas que se están recuperando del trastorno por consumo de alcohol a dejar de beber, controlar las recaídas y enfrentar los cambios necesarios en el estilo de vida. Esto puede comprender atención médica o psicológica, o la asistencia a un grupo de apoyo.
- Tratamiento de problemas psicológicos. Con frecuencia, el trastorno por consumo de alcohol se produce junto con otros trastornos de salud mental. Si tienes depresión, ansiedad u otra enfermedad mental, es posible que necesites terapia del habla (psicoterapia), medicamentos u otro tratamiento.
- Tratamiento médico para trastornos de salud. Muchos problemas de salud relacionados con el alcohol mejoran de forma significativa una vez que suspendes el consumo. No obstante, algunas enfermedades pueden necesitar tratamiento y seguimiento continuos.
- Práctica espiritual. Para las personas que participan en algún tipo de práctica espiritual regular puede ser más sencillo continuar con la recuperación del trastorno por consumo de alcohol u otras adicciones. Tener una mayor comprensión de su lado espiritual es un elemento clave en la recuperación de muchas personas.
Estilo de vida y remedios caseros
Como parte de la recuperación, deberás centrarte en cambiar tus hábitos y tomar diferentes decisiones de estilo de vida. Estas estrategias pueden ayudar.
- Considera tu situación social. Deja en claro a tus amigos y familiares que no estás bebiendo alcohol. Desarrolla un sistema de ayuda de amigos y familiares que puedan apoyar tu recuperación. Es posible que debas distanciarte de tus amigos y situaciones sociales que perjudiquen tu recuperación.
- Desarrolla hábitos saludables. Por ejemplo, dormir bien, hacer actividad física regularmente, controlar el estrés de manera más efectiva y comer bien, puede facilitar tu recuperación del trastorno por consumo de alcohol.
- Realiza actividades que no impliquen el consumo de alcohol. Descubrirás que muchas de tus actividades implican beber. Reemplázalas con pasatiempos o actividades que no estén centradas en el alcohol.
Medicina alternativa
Evita reemplazar el tratamiento médico convencional o la psicoterapia con medicinas alternativas. Sin embargo, estas técnicas pueden serte útiles si las usas junto con tu plan de tratamiento para recuperarte de tu trastorno por el consumo de alcohol:
- Yoga. Las series de posturas de yoga y los ejercicios de respiración controlada pueden ayudarte a relajarte y a controlar el estrés.
- Meditación. Durante la meditación, concentras tu atención y eliminas el flujo de pensamientos confusos que pueden estar llenando tu mente y provocándote estrés.
- Acupuntura. Con la acupuntura, se insertan agujas finas como cabellos debajo de la piel. La acupuntura puede ayudar a reducir la ansiedad y la depresión.
Muchas personas con problemas de alcoholismo y los miembros de sus familias descubren que la participación en grupos de apoyo constituye una parte esencial para enfrentar la enfermedad, prevenir o tratar las recaídas y mantener la sobriedad. El médico o asesor puede sugerir un grupo de apoyo.
Leer más: Guía definitiva para combatir el dolor de forma inteligente