Por qué es necesario invertir en salud mental a nivel global

El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, durante este día y este mes debemos sensibilizarnos acerca de los problemas de la salud mental que provocan sufrimiento en las personas que lo padecen así como también en sus familiares. Adicionalmente, este año 2021 el lema principal para conmemorar esta fecha es “atención de salud mental para todos”, donde se pretende concienciar la importancia que tiene la inversión en salud mental a nivel global.

Primeramente, debemos reconocer que la Organización Mundial de la Salud (OMS)  define a la salud mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las presiones normales de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad” (OMS 2001a, p.1).

Durante este tiempo de pandemia hemos reconocido que hablar de salud mental y de cuidarla ya no se considera un tabú. Sin embargo, desde años anteriores y en la actualidad la salud mental continúa siendo una de las áreas más desatendidas de la salud pública. Según los datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Latinoamérica entre el 1% y el 5% del presupuesto sanitario se destina a la salud mental y más del 50% se gasta en hospitales psiquiátricos. Adicionalmente, existen diversos factores que se relacionan con el déficit asistencial no solo en América Latina sino en diversas partes del mundo.

Algunos datos que muestra la OMS con respecto al tema son los siguientes:  

• El 75% de las personas con problemas de salud mental que viven en países con ingreso bajo y mediano no reciben tratamiento.
• Son pocas las personas que tienen acceso a servicios de salud mental de calidad.
• La discriminación, estigmatización, las violaciones de los derechos humanos interfieren en el proceso de obtener una correcta asistencia de salud mental.

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En el año 2020, la OMS junto con la Federación Mundial de Salud Mental y United for Global Mental Health, pidieron que se aumente la inversión en salud mental. La razón principal ante esta petición fue básicamente por las consecuencias que está dejando la pandemia de COVID-19 en el bienestar psicológico de las personas. Incluso, hay que tener en cuenta que en el mundo ya conviven cerca de 1.000 millones de personas con trastornos mentales, se estima que uno de cada cuatro habitantes en el mundo padecerá un problema de salud mental a lo largo de su vida.

Por otro lado, 3 millones de personas mueren cada año por el consumo de sustancias tóxicas y una persona se suicida cada 40 segundos, para un total de 800.000 decesos anuales. Tras estas cifras se ha aumentado la atención con respecto a la salud mental pero no se ha acompañado de las inversiones necesarias. Estas razones principales deberían hacerse visibles ante el mundo para tomar conciencia de que hay que invertir más en la salud mental y de esa manera permitir que una persona pueda tener derecho de acceder a una atención primaria de salud y de calidad beneficiándolo en su bienestar.   

En definitiva, la pandemia ya nos está dejando la lección de que cuidar nuestra salud física es igual de importante que cuidar nuestra salud mental. La inversión que podría realizarse de ahora en adelante es a través de la creación de programas y políticas de promoción de la salud mental y la prevención de enfermedades que tendrán que ser basadas en la evidencia científica.

Adicionalmente, se podría construir más sistemas de salud mental que sean apropiados para asistir a personas de distintas poblaciones sin importar el estatus social y, sobre todo, desarrollar sistemas avanzados de tecnología y de fácil acceso destinado a cualquier persona del mundo para que pueda recibir un tratamiento adecuado por parte de un profesional capacitado en salud mental.  De esta manera el mundo podría poner en práctica el lema “atención de salud mental para todos”.  

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