Pudo haber sido una tragedia mayor el viernes 13 de noviembre. Si los 3 atacantes suicidas hubiesen logrado ingresar al Stade de France, donde 80,000 personas veían un amistoso entre Francia y Alemania, el número de muertos hubiese sido mucho mayor. Increíble, ¿ no? Uno no piensa cuando va a un partido de fútbol que estallará una bomba. El fútbol es pasión, alegría, emoción, pero aquel viernes fue incertidumbre, caos y terror.
El mundo ha cambiado, yo siempre digo que el mundo está al revés. Y los recientes ataques a París y el estado de emergencia en el que se encuentra Francia hacen a muchos amantes del fútbol preguntarse qué pasará con la Euro 2016. El sábado 12 de diciembre es el sorteo final del torneo en el Paláis des Congres en París. Si normalmente estos eventos tienen amplia seguridad, pues ahora será el doble.
El Stade de France precisamente será el escenario del partido inaugural de la Euro 2016, y un mes después, albergará la final del torneo. Jacques Lambert, presidente del Comité Organizador de la Euro 2016, tras insinuaciones de que el torneo podría ser cancelado, admitió que todo es posible, pero no debería suceder.
Hace años existe preocupación de ataques a grandes eventos deportivos. Recuerdo cubrir los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012, cuando había un gran temor por un ataque. Todos los días sobrevolaban helicópteros en el Parque Olímpico, todos los días había que atravesar varias líneas de seguridad para ingresar al Centro Internacional de Transmisión, y todos los días los buses que transportaban a la prensa eran revisados minuciosamente por miembros del ejército al ingresar y salir del Parque. Era la rutina diaria. Es ahora la rutina “normal”.
Yo soy “miss” Miedosa, desde chiquita todo me da miedo. Pero no permitiré que alguien me cause terror y me paralice en querer vivir la vida y cumplir mis sueños. En Londres, para los Juegos Olímpicos, todas las mañanas antes de salir por la puerta y revivir la misma rutina de seguridad día tras día, hacía mi oración y pisaba confiada. No confiada en que nada me pasaría, sino confiada en que alguien allá arriba tenía el control y esa carga no me pertenecía, por ende, yo no iba a estar aterrada.
El 12 de diciembre, y el mes de la Euro, por motivos de mi trabajo tengo que estar en París. ¿Da miedo? Pues sí, un poco. Sobre todo porque Francia sigue bombardeando a Siria, y los señores de ISIS siguen con sus amenazas. El presidente Hollande quiere extender el estado de emergencia a 3 meses, y la paz no parece estar en el futuro cercano.
Mis amigos franceses de la Uefa, quienes están devastados por todo, dicen que esto apenas está comenzando, pero lo nuestro es el fútbol, y hay que seguir trabajando. Y así será. Trabajar para que el terror no llegue a tocar aquello que nos apasiona. Si hay que atravesar 5 líneas más de seguridad, hagámoslo. Si el bus de prensa lo tienen que revisar 15 soldados más, que lo revisen. Si hay que hacer fila de 3 horas más para ingresar al estadio, pues nos ponemos zapatillas más cómodas.