Olympic Poster Munchen 1972
A mí me gusta el fútbol, todo el mundo lo sabe. Pero a veces, me siento “mal” por que toda la atención se la lleve el deporte que más me apasiona. Me da como un cargo de conciencia. El fútbol está de moda en Panamá y en el mundo, pero... ¿dónde quedaron las demás disciplinas y, específicamente, dónde quedó el atletismo?
Menciono en esta ocasión el atletismo destacando que... ¡tenemos campeones olímpicos! Eso no es un dato menor. Lloyd LaBeach, con dos medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 1948 en los 100 y 200 metros planos, y por supuesto, Irving Saladino, con el oro en Beijing en el salto largo. Medallas OLÍMPICAS.
Por eso me molesto cuando voy al Rommel y veo que al fin arreglaron la cancha, luego de otro ataque de los hongos asesinos, y arreglaron los palcos de los periodistas. Pero la pista de atletismo tiene meses dañada y sin arreglar. Ahora, cruzo los dedos para que cuando se publique esta columna ya haya sido reparada. Mientras tanto, les sigo contando.
Me molesto porque en esa pista he visto a Alonso Edwards correr. Ustedes conocen a Alonso. El panameño que corre al lado y de tú a tú con el hombre más rápido del planeta Tierra, un tal Usain Bolt. Alonso, el que ganó plata en el Mundial de Atletismo 2009, y por poco consigue otra medalla en el Mundial de 2015. El mismo que lleva dos años seguidos ganando la Liga de Diamante, la competencia más prestigiosa de atletismo en Europa.
Entonces, ¿qué mensaje estamos dando cuando se dejan pasar meses sin arreglar la PISTA de atletismo de Panamá? Allí no solo he visto correr a Alonso, también he visto a su hermano Mateo, a Arturo Deliser y muchos más con un potencial enorme, pero que tienen que “jugar vivo” después de la curva de los 200 metros con los carriles dos, tres y cuatro.
Esto no está bien. Los atletas de alto rendimiento no se pueden desarrollar si no les tienes instalaciones de alto rendimiento. Y precisamente eso es lo mágico y admirable de nuestros atletas, lo que consiguen lo logran con muy poco. Imagínense si se les diera lo necesario.
¿No se acuerdan cuando el país se paralizó en 2008 con los saltos de Irving Saladino? ¿Recuerdan esa euforia de saber que Panamá había ganado algo grande? Panamá, un país tan pequeño, pero por un momento el mundo entero nos miraba, y cuando nos dejaron de mirar, nosotros seguíamos celebrando esa medalla. Eso no pasa todos los días, pero podría pasar más a menudo. Claro que sí, empezando por arreglar la pista de atletismo. Ni siquiera tienen que hacer una pista nueva, solo arreglar la actual y no dejar pasar meses antes de hacerlo, los atletas se lo merecen, me parece.