La enuresis es como se le llama a esta afección, menciona la pediatra Ana Gabriela Quintero, quien explica: “es la emisión repetida de orina durante el día o la noche en la cama o en los vestidos (sea voluntaria o intencionada)”. Añade que debe ocurrir por lo menos dos veces por semana durante un mínimo de tres meses consecutivos, en un niño con una edad de por lo menos cinco años.
Por otro lado, es importante tener presente que es un problema bastante común, más de lo que uno se imagina, pues alrededor del 13% de los niños de seis años se orinan en la cama, mientras que cerca del 5% de los niños de 10 años continúan haciéndolo, informa Kids Health. Sin embargo, puede suceder que en el caso de hermanos sea el mayor el que se orine, mientras que menor no.
Las posibles causas
Existen diversos motivos, la doctora Ana Quintero menciona algunas de las causas más frecuentes
Genéticas. Aunque no lo creas, solo el 15% de niños enuréticos provienen de familias no enuréticas. Sin embargo, la incidencia cambia y aumenta entre 44% y 77% si uno o los dos progenitores eran enuréticos en la infancia.
Retraso de la maduración. Existe un 30% asociado a retraso específico del habla y lenguaje y a torpeza motora.
Enuresis inducida por psicofármacos: litio, ácido valproico, clozapina, teofilina.
Profundidad del sueño, dificultad para despertar o otras enfermedades como por ejemplo la dificultad respiratoria o la apnea del sueño.
Situaciones estresantes. Las enuresis secundarias frecuentemente se asocian a experiencias estresantes, como el divorcio o la separación de los padres, fallecimiento de un progenitor, nacimiento de un hermano, cambio de residencia, traumas escolares, abusos sexuales y hospitalizaciones, accidentes e intervenciones quirúrgicas.
Cómo los padres pueden ayudar
La doctora Quintero opina que primero es importante “eliminar el reproche o la censura para mejorar la autoestima del niño”, ya que resulta vergonzoen tratar el tema en casa de la siguiente manera:
Inculcar una rutina de orinar antesso para los pequeños. Como segundo consejo: no imponerle un sentimiento de culpa y frustración.
Tercero: tener paciencia y tolerancia.
Paralelamente, los padres pueden limitar los líquidos durante y después de la cena.
Este artículo continuará en una segunda parte
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