Jue, 08/15/2019 - 12:21
- Familia
Empecemos a inculcar este hábito, asociemos la mesa como un lugar seguro para compartir en familia y conozcamos más a las personas que tenemos a nuestro lado.
Recuerdo haber visto dos videos que me dejaron pensando muchísimo sobre el tema de sentarse en la mesa a comer con la familia. El primero, se trataba de un grupo de niños y un grupo de padres a los que les hacían la misma pregunta: “¿Si tuvieras la oportunidad de salir en una cena con cualquier persona en el mundo, con quién sería? Las respuestas de los padres eran parecidas a: Marc Anthony, Luis Miguel, entre otros artistas bastante conocidos. Pero sorpresivamente los niños contestaron, sin tener que pensarlo mucho, que esa oportunidad la tomarían para salir a cenar con sus padres.
Este video causó en mí una revoltura de sentimientos. Pensar que los padres son sus mayores héroes y aunque muchas veces no lo notemos, el tiempo en familia para ellos es sumamente valioso.
El segundo video, era sobre una familia sentada alrededor de la mesa y les hacían preguntas en relación a la vida de ciertos artistas como Justin Bieber y otros que mantienen una vida bastante pública. Era sorprenderte ver como los jóvenes y los adultos de la familia se sabían al pie de la letra los detalles de la vida de todos los artistas que les iban mencionando; a decir verdad, eran preguntas bastante complejas, sin embargo, aun sin conocer a las celebridades en persona, lograron contestarlas.
Luego de hacer esas preguntas, les cuestionaron sobre datos muy básicos (comparados con las preguntas de los artistas) de la historia de su familia: “¿Cómo se conocieron tus abuelos?”, “¿Qué estudió tu madre”, “¿Cuál es el color favorito de tu hermana?” Y no pudieron contestar. Muchas veces conocemos más de las personas que ni saben que existimos, pero a las personas que tenemos cerca en realidad las tenemos lejos. Este fenómeno se ve en muchas familias, pues vivimos bajo el mismo techo, pero en realidad no sabemos con quienes vivimos.
Entre las responsabilidades del diario vivir es comprensible que el tiempo en familia sea bastante limitado, pero el momento perfecto puede ser la hora de la comida (desayuno, almuerzo o cena, como la familia pueda acomodarse mejor). En vez de comer viendo una serie, un partido de football o el celular, reúne a tu familia a comer, conversen sobre su día. Si les contara sobre todos los problemas que se pueden evitar por tener una buena comunicación, no terminaría de escribir nunca.
Si tienes a tus padres, abuelos, hijos, hermanos, disfrútalos y escúchalos como si no los fueras a ver el día de mañana. Empecemos a inculcar este hábito, asociemos la mesa como un lugar seguro para compartir en familia. Conozcamos más a las personas que tenemos a nuestro lado que quienes no tienen ni la más mínima idea de que existimos.
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