Que tus pequeños no quieran andar con zapatos en casa es una de las tantas preocupaciones que comparten los padres, y así también una cantaleta sin fin. Es cierto, agobia estar diciéndoles una y otra vez que se calcen. Sin embargo, diversos estudios apoyan que esto es bueno para ellos. La pediatra Ana Lucas Quintero explica que en el caso del resfriado, no es cierto que un niño se enferme solo por estar descalzo en casa, “sobre todo si la temperatura ambiental está entre 20 y 22 grados”, dijo la doctora.
Por otro lado, el sitio Crecer Feliz menciona que los niños hasta la edad de cuatro años están cubiertos por una capa de grasa de la piel que en parte los aísla del frío. No obstante, la doctora Quintero recomendó a los padres que si tienen miedo, pueden optar por medias antideslizantes para mantenerlos abrigados.
Estar descalzos y sus beneficios
- Favorece la formación del arco plantar.
- Mejora la estabilidad, sobre todo cuando están aprendiendo a caminar.
- Disminuye la probabilidad de que tengan hongos porque no se acumula humedad entre los dedos al estar al aire libre.
- Les permite conocer diferentes texturas y temperaturas de forma más natural, ya que los pies son ricos en terminales nerviosas.
- El pie descalzo adopta posturas que favorecen el fortalecimiento de músculos del pie y del tobillo.
Sé precavida en casa
Los zapatos, además de vestir, protegen. Ten presente que si tus pequeños están sin ellos pueden tropezar. Por otro lado, los expertos recomiendan que cuando los niños están empezando a caminar, no deben usar calzado, ya que no todos tienen buen apoyo y se les dificulta la estabilidad.
Guía a seguir al momento de adquirir un zapato
El Colegio de Podólogos de la Universidad Valenciana presenta las siguientes recomendaciones para los padres:
- Los zapatos heredados. Los expertos mencionan que no deben ser utilizados por distintos niños porque adquieren la forma de los pies del primer usuario.
- Su confección. El calzado debe estar confeccionado con materiales naturales y flexibles, para permitir la transpiración y la libertad de movimiento, y constar de velcros, cordones, hebillas, u otros elementos de sujeción, y carecer de costuras o piezas internas que puedan ocasionar rozaduras.
- El tamaño. El calzado debe ser, aproximadamente, un centímetro más largo que el pie, para que este pueda crecer correctamente y facilite los movimientos naturales del niño al caminar.
- La importancia de la talla. Un gran porcentaje de las molestias que sufren los menores de tres años tienen su origen en lesiones ungueales debidas a cortar las uñas de forma inadecuada y al uso de calzado demasiado pequeño, que las comprime y lesiona.