Vie, 09/28/2018 - 18:17
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Estudio revela que casi de la mitad de las madres kenianas son obligadas a quitarle la vida a sus hijos si estos carecen de alguna discapacidad
"Todas las mujeres aseguraron que es común que los padres sean presionados para que maten a sus bebés con discapacidad e informaron que los infanticidios son habituales", explica la directora asociada de DRI, Priscila Rodríguez.
Un estudio por parte de la ONG Disability Rights International (DRI) publica que la mitad de la madres kenianas con bebés con cierta discapacidad sufren de rechazo por parte de su entorno familiar, estos las presionan e incitan a asesinar a sus hijos.
Luego de dos años de investigación por parte de la DRI se han entrevistado a “90 madres en Kenia, quienes a pesar de la presión social no quisieron asesinar a sus bebés. De la ciudad de Nairobi, el 37% de las mujeres confirmó haber recibido presiones, mientras que en las áreas rurales este porcentaje aumenta hasta el 54%”.
En Kenia, un país de África Oriental, es una creencia común que estos niños estén "malditos, embrujados o poseídos", apunta el informe. La ignorancia y el extinga dentro de esta región juega un papel fundamental en la vida de estas familias, denigrando e irrespetando los derechos humanos de estas personas.
La población está convencida que si el primogénito nace con cierta anomalía, los padres deberán matarlo para procrear hijos sanos. Suponen que es una represión dada por Dios por los pecados cometidos por la madre, por ejemplo, la infidelidad hacia la pareja.
El rechazo que sufren los niños llega al punto de que estos no pueden gozar de una vida normal, con tal magnitud que no se les permiten asistir a escuelas por miedo de/a contagiar a sus compañeros de clase.
Los investigadores no concretan el porcentajes de las madres que lograron el cometido (acabar con la vida de sus hijos), ya que estos casos no llegan al conocimiento de las autoridades. DRI preocupados por esta tradición, visitaron a veinte orfanatos, donde la mayoría de los infantes fueron rechazados por sus progenitores y terminaron en estas instituciones. Tras inspeccionar se registraron numerosos casos de maltrato físico, negligencia médica, malnutrición y negligencia médica
"Encontramos una instalación donde había 500 niños hacinados en varias habitaciones y pasillos inmundos. Un niño mayor protegía la puerta con un machete y un látigo para evitar que escaparan", recuerda Rodríguez.