El café es universal. Es parte de la vida cotidiana de cada persona; es tradición.
Muchas son las historias y leyendas que se esconden detrás de su aroma y muchas son las maneras que hay de prepararlo; podemos decir que cada persona tiene un gusto particular al tomarlo. En Francia, por ejemplo, se sirve en pequeñas tazas, el azúcar se ofrece siempre, pero la leche con frecuencia no, ya que los franceses no gustan mucho del café con leche. Por otro lado, en Colombia, el café solo se llama “tinto”. Mientras que en Italia se considera muy masculino y forma parte de la herencia cultural del país, indica el libro Perspectivas Culturales del Café. Y, así, en cada parte del mundo se derivan diferentes maneras, ceremonias y costumbres en torno a esta famosa y placentera bebida.
Conociendo un poco
La planta del café necesita condiciones climáticas específicas para su crecimiento y aunque es un producto propio de la zona tropical, su cultivo exige, además, condiciones especiales de suelo, temperatura, precipitación atmosférica y altitud sobre el nivel del mar. Es por esto que en Panamá se cultiva en las tierras altas de la provincia de Chiriquí.
Las especies más importantes comercialmente son:
Arábica. El 70% que se consume en el mundo pertenece a este género. Se cultiva en Centroamérica, Sudamérica, Asia y Este de África, tiene un porcentaje de cafeína del 1% al 1.5% y se caracteriza por tener más acidez, un cuerpo medio y un aroma afrutado.
Robusta. El 30% restante del consumo en el mundo está representado por este tipo, el cual por sus condiciones especiales es sembrado en África y se cultiva en zonas bajas. Este conserva un grado mayor de cafeína (2% al 4%).
Sin embargo, hablar de esta infusión, es también hacer alusión a que es una industria, fuente de empleo para miles de personas, ya que raramente se cosecha utilizando máquinas. El sitio web, Baru Black Mountain indica que para la recolección manual del mismo, en Brasil, (que es uno de los mayores exportadores), se utilizan entre 230,000 y 300,000 agricultores. Por otro lado, en nuestro país la recolección por años la han realizado los nativos de la comarca Ngäbe-Buglé, quienes migran de sus hogares en las montañas para trabajar en las fincas ubicadas en las faldas del volcán Barú.
La Asociación de Cafés Especiales de Panamá (Scap) indica en su portal que el trabajo de estos en el proceso total es invaluable. “De ellos hemos aprendido las técnicas de cosecha que aseguran la obtención de un grano óptimo. Con este primer paso de selección cuidadosa los ngäbes y buglés inician un proceso de control de calidad manual que es clave para asegurar un café único y especial”.
En cuanto a reconocimiento, años anteriores nuestro café ha roto récord con los más altos puntajes en las subastas, llegándose a pagar el precio de 170.00 dólares por libra. Siendo famoso mundialmente, sobre todo por la subvariedad llamada Geisha, que es considerada por los conocedores como una de las más sobresalientes en sabor y aroma.
Así también, contamos con alrededor de 40 fincas cafetaleras, algunas de estas son Finca Lérida, Café Eleta, Kotowa, Palo Alto, Hacienda La Esmeralda, entre otras.
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