Has estado tomando sol, cuando de pronto te das cuenta que tu piel no es la misma, notas ciertos cambios, y entonces empiezas a preguntarte porqué o qué será lo que pasa. Calma, aquí cuatro posibles consecuencias de asolearte demasiado:
La doctora Aliza, del popular sitio Vida y Salud, comparte los siguientes síntomas:
Piel seca: se puede notar que la dermis está escamosa y un poco más arrugada que la piel de otras partes del cuerpo que no han es-tado expuestas al sol. También es común sentir picazón.
Quemadura de sol: aquellas que son leves causan dolor y enrojecimiento en el área expuesta, son las más padecidas en verano. Los casos más severos de quemadura de sol producen ampollas.
Cambios a largo plazo en el colágeno de la piel: los síntomas de los cambios en el colágeno (proteína encargada de la tersura y firmeza de los músculos) de la piel incluyen líneas finas, arrugas más profundas, textura más gruesa de la piel y hematomas en las áreas expuestas al sol, especialmente en el dorso de las manos y los antebrazos.
Queratosis actínica: es un pequeño bulto parecido al papel de lija o un parche escamoso de piel dañada por el sol. A diferencia del bronceado o quemaduras, este no desaparece por sí solo.